sábado, 1 de noviembre de 2014

Realidad de la evaluación institucional en nuestras escuelas.

 La educación es un proceso continuo que debe ser evaluado constantemente, debido a que está sometido a los innumerables problemas que afectan a la sociedad y a la complejidad que esta misma representa. Precisamente es la diversidad del proceso educativo lo que invita a centrar la atención en los actores del proceso, especialmente porque son estos los que enfrentan continuamente los retos y las nuevas realidades que obligatoriamente deben considerarse en educación y porque además, los cambios que se presentan afectan de manera directa o indirecta el área gerencial y la organización interna de las instituciones.

Asimismo, la educación es un hecho social inseparable del hombre, y es en este proceso en el que se transmiten modelos cognitivos y de conducta determinada por la propia sociedad, para que el educando se integre a ella. La escuela ha sido el medio usado para delegar esta función y es, a través de la evaluación, como se pueden comprobar los resultados de la educación brindada por la institución para perfeccionar su acción, con el fin de mejorar la funcionalidad de las instituciones educativas.

En tal sentido, el Sistema Educativo venezolano en la actualidad requiere de gerentes y supervisores comprometidos y capacitados para ser agentes de cambio, que impulsen procesos de transformación culturales e institucionales acordes con las exigencias y los cambios estructurales por los cuales está atravesando el país, tomando en cuenta que, el sistema de gerencia y supervisión en toda institución educativa es el que expone las necesidades reales y proporciona las instrucciones necesarias para llevar a cabo el desarrollo del funcionamiento institucional, a través del uso apropiado y eficiente de mecanismos adecuados, cuyo fin es cumplir en forma técnica, práctica, persistente y flexible, la gestión técnico-docente durante la práctica educativa. Es por ésta razón, son elementos claves para el mejoramiento de la calidad educativa de las escuelas, debido a que influyen de manera determinante en el desarrollo de los procesos enseñanza-aprendizaje, la formación y desempeño de los docentes y en los resultados pedagógicos de los planteles educativos.

Ahora bien, Venezuela posee una realidad en la que también confronta debilidades en cuanto a la calidad educativa se refiere, esto motivado a la falta de articulación de todos los elementos que determinan una buena gerencia, dentro de las organizaciones e instituciones que integran el país. Gran parte de los gerentes y supervisores se han quedado estancados en los principios caracterizados por la firme creencia de que el control se ejerce a través la fuerza, lo que trae como consecuencia un ambiente de trabajo tenso, con empleados que se sienten desmotivados e inconformes ante las políticas autoritarias, que no dan cabida a un liderazgo sano, a una comunicación abierta, los docentes son vistos como robots que deben llevar a cabo solo lineamientos de instancias superiores limitando así su autonomía.

Por su parte, en el ámbito educativo existe una agigantada y burocratizada administración ministerial centralizada de todo el proceso, desde la elaboración de las políticas pasando por la ejecución presupuestaria, la asignación de recursos técnicos y materiales, la elaboración de programas instrucciones, evaluación de textos y las decisiones sobre las atribuciones de las zonas educativas, generalmente todo esto pueden llevar a selecciones erróneas, y en ocasiones se coloca a personas que no cumplen el perfil adecuado para llevar a cabo la tarea de supervisor o gerencia. En consecuencia prevalecen importantes problemas como: la deficiente articulación de los elementos que intervienen en la administración educativa, la poca preparación de los gerentes educativos, baja calidad de los aprendizajes, profundas diferencias en el aprovechamiento de los recursos educacionales por parte de los distintos grupos sociales, entre otros.

En la actualidad ocurre que muchos de los supervisores y directores, que son los encargados primordialmente de evaluar, son promovidos en su mayoría sin ninguna experiencia en la docencia de aula, carecen de una formación de la administración y la dirección escolar, ya que la promoción de los mismos se realiza por encargo, por cuanto no se realizan concursos para optar a estos cargos y poseer titularidad en el mismo, lo cual va en contrariedad de la normativa legal vigente expresada tanto en la Ley Orgánica de Educación (2009), como en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente. (2000).

No obstante, es preciso destacar que la evaluación institucional en el ámbito educativo es muy escasa y poco sistemática, debido a que se circunscribe a la supervisión escolar de tipo meramente administrativo, dirigido por representantes adscritos a la Zona Educativa, con poca inherencia a los procesos pedagógicos.  

Por otra parte, la cantidad de recaudos administrativos solicitados, los cambios de planificaciones y el volumen de trabajo emanado de las coordinaciones enlaces tales como ambiente, cultura, salud, moral y luces, así como los más recientes las orientaciones hacia la investigación en el marco de los congresos pedagógico, generan distracción limitando la planificación contextualizada y la evaluación objetiva de la institución, causando como como consecuencia la improvisación y carencia de unificación de criterios para darle seguimiento y acompañamiento al proceso de gestión del proceso de enseñanza-aprendizaje, dando a entender que el principal objetivo del MPPE es terminar la tarea a tiempo, independientemente de cómo ésta se ejecute, concibiendo la cantidad mas no la calidad.

En tal sentido, los mecanismos de evaluación resultan en la mayoría de los casos, inoperantes y pocos reflexivos del hecho educativo, porque se limitan a la recopilación de datos estadísticos y a la revisión de recaudos administrativos actuando como entes foráneos a la escuela y desconociendo los problemas fundamentales de esta, obviando el proceso académico y de desarrollo de valores, tecnología, arte y convivencia.

En este contexto, la educación es llamada a jugar un papel cada vez más esencial, tanto como facilitadora del manejo educativo, como activadora de los impulsos que ayuden a los sujetos a su adaptación a las nuevas exigencia. De allí, que la sociedad actual este preocupada en cómo gestionar la calidad del sistema educativo, inquietud que surge como producto de los constantes cambios que se producen en el ámbito político, económico, científico y tecnológico, exigiendo respuestas innovadoras, transformadoras en las políticas y planes educativos de un país.

Es evidente la necesidad de formar recursos humanos e intelectuales capaces de orientar, dirigir y evaluar los procesos que llevan al protagonismo que reclama la educación con aprendizajes debidamente pertinentes. El supervisor y director debe reunir una serie de características en su perfil que le permita ser asertivo, considerado y respetuoso del clima de sus conversaciones, fluyendo con buen humor, alegría y disfrute en su intervención humana, basado en un aprendizaje continuo, clave para una competencia exitosa, de igual manera, el gerente como evaluador debe llevar a cabo un liderazgo pedagógico centrado en la calidad de la enseñanza; y en el ejercicio de sus funciones debe procurar que las decisiones que tome, tengan en cuenta los fines educativos de la institución y así cumplir con las demandas actuales de la sociedad, asimismo se requiere de un administrador educativo acorde con los paradigmas contemporáneos, lo que implica una reconceptualización en las formas de pensar y de actuar en los diferentes procesos directivos administrativos, pedagógicos, de gestión curriculares, comunitarios, legales que se desarrollan en una institución educativa.

       En atención a lo anterior, cuando se asignan los cargos de gerencia y supervisor educativa a personas altamente capacitada y con suficiente experiencia educativa, se logran cambios significativos y positivos, se ofrece un servicio satisfactorio a quienes laboran dentro de la organización partiendo de los procesos de control que se implementen, permitiendo a su vez la adecuación de las necesidades de la institución, a los objetivos y metas previstas.

Maestrante Zully Bolívar.

15.270.227

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